El perdón, la libertad oculta

Parecería sencillo expresar “Ya perdoné, lo liberé y entregue hace tiempo, no causa más daño en mí.”, pero si sigue en tu mente causando agravios, recordándolo con sentimiento de dolor, si aún dentro de ti existe la sensación de evasión, sigue ahí, está deteniendo tu desarrollo espiritual, está impidiendo la comunicación con el Reino de luz, sin notarlo vives con una barrera energética de baja vibración, dando permiso a la enfermedad, depresión y angustia. Estarás ante una luz apagada, sin percatarte que solo tú puedes encenderla, pues está a tu alcance, ofreciéndote claridad.

Cuando pienses en el PERDÓN, pregunta a tu corazón si en verdad ya fue liberado de ti. Si hay incomodidad, si despierta en ti la incertidumbre y el resentimiento, pregunta a tu cuerpo ¿Dónde está guardado? ¿Dónde ha vivido ese sentimiento dentro de ti, quizá sin haberlo notado? ¿Lo olvidaste? ¿Lo escondiste por miedo a perdonar y ser débil? Tu mayor alivio será tu libertad y la paz que trae consigo el perdonar, es encontrar la llave correcta para acceder a esa puerta que parecía no abrirse jamás, al estar del otro lado de la puerta, el equilibrio se convierte en tu día a día, tu capacidad de discernir es inmediata, tu seguridad y aplomo se recupera.

¿Y ES POSIBLE PERDONAR?

Dar el primer paso para lograr perdonar, es el amor al todo, el amor a ti mismo, auto-compasión, mirarte desde los ojos del alma, deseando tu libertad, decidiendo romper los grilletes, romper las ataduras que dañaron a la única persona que eligió vivirlo así, Tú, y con profundo amor perdonarte a ti mismo por el tiempo transcurrido, por la venda que estuvo en tus ojos, por brindar energía a personas o vivencias que desgastaron tu alma.

Pedir ayuda, saber que vulnerabilidad no es estar vencido, es conciencia de no querer vivir así, asistir a terapia, escribir, compartir tu experiencia y entender porque lo viviste, te permitirá tomar el aprendizaje de vida y sumará otro reto más, que será victorioso.

Si crees que no está en tus manos resolver, déjalo en mano del Creador, pide “Hágase tu voluntad y no la mía”, y avócate a la oración, hasta que encuentres la paz y armonía; no desistas.

Si estas decidido a perdonar puedes repetir diariamente esta oración del Dr. José de Lira Sosa:

Hoy yo decido perdonar y ser perdonado,

al finalizar cada día de mi vida, yo me tomo todo el tiempo

que necesite para perdonar.

Yo reemplazo la arrogancia, obstinación y orgullo

 con el amor divino que todo lo perdona.

Yo soy paciente y compresivo.

Yo me perdono a mí mismo por todos los errores

y faltas cometidas en el pasado, Dios ya me ha perdonado

y yo me he perdonado también.

Yo suelto y libero para siempre mi pasado;

yo aprendo todo lo mejor de el y lo dejo donde está.

Yo ahora soy un ser libre.

Nada me ata, porque yo he perdonado

y he sido perdonado también.

Todos somos hijos del Altísimo

y yo solo veo y saludo la divinidad en mi

y en cada uno de mis semejantes.

Yo ahora disfruto de mi derecho divino y mi presente

en el cual vivo, es feliz, yo lo creo, yo lo acepto. Y así es.

“Ama a tus enemigos, bendice a los que te maldicen y perdona a los que te hieren” Maestro Jesús.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *